"Cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar, siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga aguarda y aguarda más aún. Quédate quieto, en silencio y, escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde el corazón te lleve" texto antiguo.
Cuánta sabiduría y cuán atemporal es este texto. Nos habla del Maestro Interior, del artista interior que todos tenemos que pugna por salir para recrear nuestra vida. No hay duda, el Alma puja para que cumplamos nuestra misión de vida: hay que estar atentos a ese llamado, ya sea a través de la meditación, de la música, de la danza, del arte con mandalas especialmente por el efecto que producen, comprobado científicamente.
Otra frase: "Cuando el alumno está preparado, aparece el Maestro". Yo interpreto como Maestro a nuestro Sabio Interno, que se manifiesta a través de nuestra conexión y armonía con el Cosmos. No viene del "afuera" encarnado en otra persona. Esa persona es solamente un transmisor, una persona que marchó unos pasos delante nuestro en nuestro sendero evolutivo.
Dice madame Blavasky autora de la Doctrina Secreta más o menos así: "Cuando el discípulo adelantado se acerca a la Luz no se encandila con la misma, sino, recuerda que tras él vienen sus hermanos, gira sobre sí y extiende la mano al hermano que le sigue". Recordando que de la misma manera él se encuentra en el Sendero porque otro hermano le ayudó a ingresar al Sendero de Luz del cual no se vuelve, es un contínuo devenir evolutivo eternamente.
Los mandalas o círculos sagrados comenzaron a usarse en tiempos inmemoriales cuando el chamán con una vara sagrada hacía un círculo a su alrededor antes de comenzar una ceremonia. De esta manera se protegía y solamente ingresaba a esa zona lo que él permitía.
El Dr Carl Jung usó los mandalas a nivel personal y con sus pacientes, como crecimiento holístico y autoafirmación del yo, potenciando las virtudes, descubriendo las potencialidades y fortaleciéndose así mismo y a los demás ante la demanda de la vida cotidiana.
Son herramientas maravillosas que nos fortalecen, están a nuestro alcance, están ahí. Acá se aplica la corriente de pensamiento del "darse cuenta", la mesa está servida, hay que servirse.
Espero que les haya gustado este enfoque sobre el mandala.
Un abrazo circular.
Cecilia ceciamar@gmail.com
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